Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos recibimos miles de impactos publicitarios e informativos que, después de un proceso de selección realizado por nuestra propia mente, quedan instaurados en un rincón de ella y, en milésimas de segundos, nos incitan a consumir o a pensar en ese estilo de vida, ideología, etc.
Basándome en el tema del Blog que me pertenece, la moda, hay infinitud de publicidad, por no decir la totalidad, que esconde a través de un sistema de sub-códigos elementos planificados para activar el “chip” del ser humano a sumarse a uno de ellos. Me explico, todos sabemos, o por lo menos los profesionales y los que en un futuro lo seremos o queremos ser, que en publicidad nada sobra y todo esta ahí por algún motivo previamente estudiado estratégica y creativamente.
Podemos analizar cualquier campaña, cualquier cartel, cualquier espot…, todos los formatos si hace falta, ya que en todos ellos, después de analizar exhaustivamente todos los signos que en él aparecen, descifraríamos cantidades de signos que nos arrastran de una manera inconsciente a consumir compulsivamente o, por lo menos, a empezar a darle vueltas a ese producto tan atractivo y necesario para nuestras vidas que nos han pintado.
Hablando un poco de todo, la moda es uno de los campos en el que más signos ocultos, pero que a la vez al descubierto, podemos encontrar. Se trata de un sector, en su mayoría, materialista e incluso irreal, que juega de manera alucinante con las mentes de unos cuantos a través de falsas y vacías expectativas.
Nos intenta crear la sensación de que la moda es el ombligo del mundo, es el factor más importante para hacerte un hueco en la sociedad. Me viene al pelo la expresión de “es que tú no vas a la moda”. ¿Qué connotación podemos extraer de esta frase? Desde luego adjetivos no muy positivos, ya que guarda un significado de exclusión. Exclusión en un grupo, exclusión en una conversación, exclusión en una actividad, etc.
Y es que, realmente, la moda se ha instaurado a través de los medios de comunicación y, por supuesto, de la publicidad, en un factor muy importante en cuanto a la información a primera vista que obtenemos de una persona. Debido a esto, todos llevamos un enorme cartel pegado en nuestra frente que parece ser que a la vista se nos escapa pero a nuestra mente no le pasa inadvertido. Y volvemos a lo que he dicho en el principio, nos bombardean con infinidad de impactos publicitarios cargados de connotaciones que hacen que el ser humano deje la parte racional que le caracteriza y se convierta en una máquina decodificadora vacía de sentimientos y llena de prejuicios superficiales.