martes, 14 de abril de 2009

La sociedad y el machismo


Prácticamente podemos afirmar que desde los principios de la existencia del ser humano la mayoría de las sociedades siempre se han caracterizado por su ideología machista. En concreto la cultura occidental, que es la que nos caracteriza, ha sido desde sus orígenes plenamente machista.


La concepción de la mujer que se ha tenido en estos tipos de sociedades siempre ha sido la de una persona al servicio del hombre y bajo sus directrices. Como es lógico los medios de comunicación que han ido surgiendo a lo largo de cada época han reflejado la sociedad tal como es y por tanto han reforzado y han alimentado la idea del machismo como algo natural e innato en la sociedad.


Con el paso de los años se fue constatando de que esta situación debía terminar, pues por fin se llegó a la conclusión de que la igualdad está por encima de todo y de cualquier prejuicio. Aunque la cultura que había perdurado hasta entonces estaba muy arraigada en cada uno de los individuos de la sociedad, y por tanto este cambio de mentalidad no resultaría nada fácil.


Un papel fundamental en este cambio lo han tenido los promotores de esta idea, es decir, los grupos feministas que llevan décadas luchando contra la ideología imperante. Pero estas voces son imposibles de escuchar por el resto de la sociedad si no hay aparatos dispuestos a dispersarlas. Estos aparatos podrían ser los líderes políticos de cada región, pero sobretodo me refiero a los medios de comunicación, que tanto poder ejercen sobre las sociedades. Ellos son los que verdaderamente tienen el control sobre nuestra ideología y sin su contribución el cambio de mentalidad es imposible.


Podemos afirmar que en la actualidad se han dado muchos pasos en beneficio de este nuevo cambio, pero la implicación no se da al cien por cien y esto se puede ver reflejado en la ideología de cada uno de los individuos. Los diferentes dirigentes políticos han creado leyes que ayudan a promover el cambio y los medios de comunicación es cierto que están contribuyendo también en la causa; pero a parte de todo esto, podemos observar como en los anteriores sistemas sociales y también en el resto de la sociedad siguen habiendo resquicios de una antigua, pero perdurable ideología machista. Por mucho que nos proclamemos revolucionarios en este aspecto, siempre hay algo en nosotros que deja escapar esta ideología que caracteriza a nuestra sociedad.


Un sistema social como es la moda también ha dificultado bastante la eliminación del machismo, pues su continua muestra de cuerpos “perfectos” y prácticamente irreales ha hecho que el menosprecio intelectual de la mujer salga reforzado.


La mujer se ha representado durante muchos años como un objeto sexual al servicio del hombre, dispuesta a hacer lo que este mandara y esto se ha podido ver reflejado sobretodo a través de los medios de comunicación. Podríamos decir que la publicidad ha sido uno de los vehículos que más han reforzado esta idea de la mujer, ya que en ella se refleja la sociedad tal como es, o tal como se pretende que sea. Esta idea de la mujer, ha hecho que éstas estén constreñidas en un papel que no tenían porque interpretar, pero que por el contrario se han visto obligadas a hacerlo. Esto las ha convertido durante mucho tiempo en seres sin personalidad, totalmente homogéneos y fáciles de manipular, es decir, en herramientas al servicio del sistema que las domina.


Menos mal que a pesar de haber sido utilizadas durante un largo periodo de tiempo, finalmente se han podido escuchar las voces de quienes defendían su propia identidad y quienes reclamaban derechos que hasta entonces les eran negados.


Para concluir, creo que la sociedad en su totalidad y muy especialmente los medios de comunicación, deberían de plantearse muy seriamente la forma de transmisión de los valores culturales y erradicar de una vez por todas los tintes machistas que se impregnan en los discursos audiovisuales.



Lucia López Galmés


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